Publicado: 2018-04-12. Actualizado: 2018-04-14. Actualizado: 2018-04-16
La turbulenta semana de la Academia Sueca culminó este jueves por la tarde con la dimisión de la secretaria permanente, Sara Danius.
- Dejo el cargo de secretaria permanente de la Academia. El deseo de la Academia era que me retirara, y por lo tanto decidí además renunciar a mi sillón, el número siete. Esta decisión la he tomado con efecto inmediato, declaró Sara Danius a la prensa, y agregó que lo hacía pensando en el bien de la Academia.
Por: Marisol Aliaga
Como una verdadera tragedia griega se ha ido desarrollando la peor crisis en tiempos modernos de la Academia Sueca.
Y este jueves resultó en la dimisión de la mismísima secretaria permanente, Sara Danius, quien fue la primera mujer que asumió en el cargo, luego de 18 predecesores.
- Me habría gustado quedarme más tiempo. Pero hay otras cosas interesantes que hacer en la vida, dijo Danius a la salida de la Casa de la Bolsa, luego de una reunión de tres horas con los miembros de la Academia.
También se dio a conocer que la controvertida poeta y miembro de la Academia, Katarina Frostenson, se retira por un tiempo indeterminado.
- Tenemos la esperanza de que la Academia pueda sobrevivir como institución, dijo el director de la misma, Anders Olsson, quien asume en el cargo de secretario permanente interino, en tanto que la Academia se reconstruye.
Y agregó:
- Nos vimos en la obligación de llegar a un acuerdo. De dar un paso atrás. Quienes anteriormente defendieron a Katarina Frostenson, dieron un paso atrás, y Katarina aceptó a renunciar a sus labores dentro de la Academia. Luego tratamos de resolver la crisis de confianza respecto a Sara Danius, mediante su dimisión, dijo Anders Olsson.
Pero, la miembro más reciente de la Academia, la escritora Sara Stridsberg (elegida el 2016), dio otra versión del asunto:
“Yo he luchado durante toda la tarde para que Sara Danius se mantuviera en el cargo de secretaria permanente. Para mí, ella ha sido una clara esperanza”, escribió, en un mensaje de texto a Dagens Nyheter.
“El dealen [trato] de la Academia fue que Katarina Frostenson dejase sus funciones en la Academia, no su sillón, si Sara Danius dimitía como secretaria permanente. Yo lloré, durante la reunión”, escribe Sara Stridsberg en un mensaje a DN.
Con la dimisión de Sara Danius, se puede constatar que la esperanza de una renovación de esta arcaica institución se esfuma.
En la práctica, se trató de un golpe para derrocar a Sara Danius. El "team Horace Engdahl" ganó al "team Sara Danius".
Se trata de una lucha entre el hombre cultural y la mujer cultural, como lo ha dicho la académica Ebba Witt Brattström.

La secretaria permanente de la Academia Sueca, Sara Danius, a las salida de la reunión del jueves. Foto: Omni.se.
Este jueves, las redes sociales se encendieron. Muchos concuerdan en que lo mejor sería disolver la Academia, una institución feudal que no rima con un país moderno como Suecia. Una institución que dispone de grandes cantidades de dinero, libre de impuestos y sin transparencia alguna. Una institución donde los miembros son vitalicios, y cuando alguno se va – porque fallece – otros pueden elegir a sus amigos. Otros se enfadan y se van, y su sillón permanece vacío por décadas.
En otras palabras, las condiciones perfectas para la corrupción.
El jefe de cultura de Dagens Nyheter, Björn Wiman, comentó esta tarde en el noticiero Aktuellt la situación, y dijo que la decisión de la Academia era “totalmente absurda”.
- Lo que ha ocurrido con la Academia no es más que una gran tragedia, tanto para la institución como para la vida cultural sueca, que depende de su buen funcionamiento. Ahora tenemos una institución en la que nadie confía. Es imposible ver cómo estos 11 miembros que permanecen y que claramente han demostrado que no solo están a un lado de la sociedad, sino además por debajo de la sociedad, van a salir adelante. Que no quieren seguir la recomendación de un renombrado bufete de abogados para recurrir a las autoridades pertinentes por sospechas de fraude. Que hacen oídos sordos a los abusos sexuales que ocurren a su alrededor.
Horace Engdahl, que fuera secretario permanente de la Academia entre 1999 y 2009, ha alabado a su amigo, el “perfil cultural” diciendo que es “el mayor gentleman que ha conocido”.
18 mujeres no piensan lo mismo.
Una institución arcaica y machista
La Academia Sueca es una de las instituciones más machistas de la sociedad sueca. Desde 1786, hasta el 2016, cuando Sara Stridsberg fue elegida en el sillón número 13, la Academia ha contado con 190 miembros. ¿Cuántos de estos han sido mujeres?
Once. (*)
La primera mujer en la Academia Sueca fue la escritora Selma Lagerlöf. Fue elegida el 28 de mayo de 1914, luego de un cambio en los estatutos.
Sara Danius ocupaba el mismo sillón que Selma Lagerlöf, el número 7.
Y ahora está vacío.
Actualización:
(*) Anteriormente habíamos escrito nueve mujeres. La cifra correcta es once.
Aquí, un gráfico con ellas.

Foto: captura de pantalla de la edición digital de Svenska Dagbladet.
A los 128 años de que se fundara la Academia Sueca, y se hubieran elegido a 114 miembros, pudo recién ocupar un sillón una mujer. La escritora Selma Lagerlöf, quien obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1909, que ese año - por primera vez - recayó en Suecia.
Vale decir, durante los 232 de vida de la Academia, solamente once mujeres han sido elegidas en la institución. En 1978 fue elegida la escritora Kerstin Ekman, pasando a ser la tercera en la historia. Sin embargo, luego de una disputa por la fatua a Salman Rushdie, la autora abandonó la Academia, en 1989, o sea, hace 30 años atrás. Su sillón continúa vacío, ya que los miembros son vitalicios y no pueden ser reemplazados.
Y las mujeres no lo han tenido fácil. Selma Lagerlöf nunca logró tener gran influencia dentro de "los dieciocho", y fundó su propio fondo becas para escritoras, luego de que sus ilustres colegas no manifestaran deseo alguno de apoyarla en ello.
La segunda mujer en la Academia, Ellin Wägner, tuvo que ver con el Premio Nobel a Gabriela Mistral, al término de la Segunda Guerra Mundial. Pero solo alcanzó a ocupar su sillón durante cinco años, fue elegida en 1944 y falleció en 1949.
Marianne Enge Scharz es una de las fundadoras del círculo Ellin Wägner, y ha estudiado las dificultades con que tuvieron que lidiar las primeras mujeres en la Academia.
- Como en todas partes, no era nada fácil estar entre las primeras mujeres. Tampoco creo que ella pudo hacer cambios en la Academia. Wägner contribuyó a que una mujer, Gabriela Mistral, recibiera el Premio Nobel en 1945, pero más que eso, no. Una mujer sola difícilmente puede cambiar una directiva junto a 17 vejetes, dice Marianne Enge Scharz en un artículo en Svenska Dagbladet.

Los dieciocho, que en la actualidad son 13 y, estos últimos días, solo 11. De cabecera de mesa, Horace Engdahl. A su derecha, Peter Englund (predecesor de Danius). A su izquierda, Sara Danius. Como se puede apreciar, la representación femenina es paupérrima: tres mujeres de diez hombres. Pero ha sido peor. Foto: Svenska Akademien.

Sara Danius y Sara Stridsberg cuando abandonan la Academia, el pasado viernes. Foto: TT.
Actualización:
Si alguien pensó que el asunto terminaría aquí, se equivocó. En Suecia, país en donde el movimiento MeToo se ha dado más fuerte que en ninguno otro, no es fácil – ahora – acallar a las mujeres.
Al día siguiente de la dimisión de Sara Danius, un gran número de personalidades, ministros/as, actores, actrices, cantantes, gentes de la cultura, intelectuales, opinólogos, youtubers y todo quien quiso, se manifestó a favor de la elegante ex secretaria permanente, portando la prenda favorita de ella: una blusa con lazo (en sueco: knytblus).
Hombres y mujeres. Aquí, algunos de ellas y ellos:
Alice Bah Kuhnke, Ministra de Cultura y de Democracia (Partido Verde): “Un nuevo día amanece. La lucha feminista se libra todos los días, lo sabemos muy bien. En el autobús, en los corredores de la escuela, en la sala de reuniones del trabajo. Un paso atrás ayer significa, al menos, dos pasos adelante hoy. ¡Vamos unidos!”, escribe en Instagram.

“Los señores de la Academia pensaron que la carrera estaba ganada, cuando echaron a Sara Danius. Well. No podrían estar más equivocados, porque la revolución que surge de un rancio sexismo se ha fortalecido con la cultura del powersuit #knyblus".
"¿He entendido bien el asunto? Un hombre que es cercano a la Academia comete una serie de atropellos sexuales en contra de mujeres a lo largo de décadas. La solución de la Academia: Una mujer con talento, sentido del humor y clase [Talento y gusto es la divisa de la Academia] es obligada a dimitir. ¿Me he perdido algo?”, escribe en Twitter el tenor Rickard Söderberg.

“¡Si hubiera tenido una blusa con lazo, la habría lucido hoy día! Las mujeres se ven obligadas a retirarse, mientras que la hegemonía de los vejetes se dan palmetazos en la espalda. #BortmedHorace (Fuera con Horacio) y que vuelva Sara!”, escribe la parlamentaria del Partido de Izquierda ante la Unión Europea, Malin Björk, en Twitter. Y aprovecha de decir que también se debe acabar con la monarquía.

“Hoy todo el equipo se luce con blusa con lazo. Sin palabras ante la turbulencia de los últimos meses en la Academia”, escribe en Instagram el Ministro de Comercio (Socialdemócrata), Mikael Damberg.

"El hecho de que Sara Danius dimite de la Academia Sueca es una gran pena, ¡y una mancha más en un gobelino ya bastante sucio del 1700!" Escribe en Twitter el escritor y conductor Mark Levengood.

Y, este jueves, cuando los ilustres dieciocho – que ahora solo son 11 – se reúnan, en la Sala de la Bolsa, en la Ciudad Vieja, se encontrarán con una manifestación en apoyo a Sara Danius. Convoca, Cissi Wallin:
“Nos vemos el jueves a las 17.00? La actuación de la Academia Sueca refleja las estructuras que imperan en cada rincón de nuestra “moderna” sociedad. El jueves nos unimos y demostramos a toda la sociedad que este es un modelo que es necesario romper”, escribe Cissi Wallin en Instagram, e insta a unirse a la manifestación de las blusas con lazo y por la disolución de Academia en pleno.
