En entrevista con Magazín Latino, el emblemático Quilapayún, a quienes Salvador Allende nombró “embajadores de la cultura chilena” nos cuentan sobre sus más recientes proyectos, como la Cantata Santa María de Iquique, en voces femeninas, el tema por una nueva Constitución y “El Aburrido” con Pablo Chill-E.
“La democracia chilena se encontraba dormida y el pueblo le dio un gran tirón de orejas al sistema, a la representatividad política toda, puesto que no se tomaban en serio las reivindicaciones y la insatisfacción de nuestros conciudadanos”, nos cuentan, desde Francia, donde se encontraban para el 73, y donde residen en la actualidad.
Por: Marisol Aliaga
Siempre se me apreta el corazón al escuchar La Cantata de Santa María de Iquique, al igual que se me apretaba ¿hace ya cuantas décadas atrás?
“Vamos mujer, partamos a la ciudad”… entonaba alguno de nosotros, y los demás lo seguíamos. Sabíamos muy bien la letra que habíamos cantado tantas veces, ya sea en el bus en el viaje al sur con mis compañeras de curso; junto a los amigos, en una convivencia; o tal vez en una fogata a la orilla del mar.
Sí, hacíamos fogatas a la orilla del mar – y era un mar rugiente y peligroso, como lo que ocurrió después en Chile.
Por intermedio de mails, y desde París, responden ahora mis preguntas dos de quienes fundaran ese emblemático grupo musical representante de “La canción revolucionaria”, Hernán Gómez y Eduardo Carrasco.
Sobre la canción combativa, Eduardo Carrasco escribe, en su libro por los 50 años de vida artística y sobre sus planes, en la formación del grupo: “Canción revolucionaria” era para nosotros una canción que pudiera cantarse en esas manifestaciones en las cuales participábamos casi todos los días, una canción que dijera a su modo lo que la gente vivía en esas luchas, lo que pensaba y anhelaba, una canción que recogiera la tradición de la que formábamos parte, cuando pensábamos que Chile podía cambiar, que hablara de la sociedad que queríamos, de nuestros nuevos héroes de la libertad y de la unidad latinoamericana, de nuestro propio amor por estos sueños, una canción que fuera como un latido en esa conmoción histórica, en esa epopeya que nos parecía estar viviendo. Algo así era lo que queríamos".
En un concierto en Barcelona.
Tiempos difíciles que estamos viviendo. ¿Cómo han pasado Uds. este año de pandemia y cuál es el mejor consejo para no "echarse a morir”, por decirlo de algún modo?
- El mal momento lo vamos pasando con el oído atento a lo que dicen los especialistas y sobre todo cuidándonos mucho. Entre los 70 y 80 años de edad como es nuestro caso, no hay que arriesgarse. Todo es cuestión de sentido común, para no echarse a morir. Cada uno tiene su método en función de su situación y de sus intereses. Digamos que, aunque con restricciones, hay que tratar de vivir lo más normalmente posible.
Se dice, de todas maneras, que no hay mal que por bien no venga, ¿qué ha sido lo mejor de estas circunstancias, si es que lo ha habido?
- Dadas las circunstancias, visto desde el Quilapayún, lo menos peor es que, como muchos otros, nos hemos visto obligados a adaptarnos y ponernos en cuestión, buscando nuevas maneras de actuar. Hemos seguido creando y trabajando a distancia, cuando no se puede de otra manera.
¿Cuáles son los integrantes del Quilapayún y dónde viven en la actualidad?
- Once personas integramos el conjunto hoy en día: Carlos, Guillermo, Hernán, Hugo y Sebastián en Francia. En Chile viven Eduardo, Ricardo (padre e hijo), Ismael (hijo de Willy Oddó ), Rubén, y Fernando. (Ver quilapayun.com)
Recuerdo que hubo una cierta polémica, hace tiempo atrás, respecto al nombre de Quilapayún. ¿De qué se trató esto? Para refrescar un poco la memoria…
- Se trata de la marca QUILAPAYUN. En 2002 descubrimos que en 1998 un exintegrante la había registrado sólo a su nombre, y sin autorización, en Francia. De la misma manera había solicitado su registro en Chile en 1999 y en 2002 y, solicitado el registro internacional en España el 2002, para Europa y sesenta países más. Ser el único dueño de la marca le permitía negociar unilateralmente los asuntos del conjunto. En tanto aquellos que más hemos obrado históricamente por la notoriedad del Quilapayún, denunciamos jurídicamente esas maniobras en 2003. Enseguida trece decisiones de justicia nos han dado razón, designándonos como titulares de la marca y por lo tanto únicos usuarios legales del nombre Quilapayún en Chile y en la Unión Europea.
¿Cuáles han sido sus presentaciones más recientes? ¿Y cuándo en Chile?
- En resumen, desde el 2003 hemos tenido 430 presentaciones en Europa y América, de las cuales 271 en Chile.
- Lo más reciente en Chile ha sido la videograbación de una versión mixta de la Cantata Santa María de Iquique, con seis destacadas cantantes chilenas y seis integrantes del Quila.
¿Se acuerdan de cuando estuvieron en Estocolmo, en 1973? ¿Qué recuerdos tienen de esa visita y han estado en otras ocasiones en Suecia?
- El 22 de agosto de 1973 actuamos en Västerås, el 23 y 24 en el Gröna Lund, en Estocolmo, y el 3 de septiembre nos presentamos en la televisión sueca, después de una breve visita a Finlandia.
- Pero anteriormente estuvimos en Suecia en febrero de 1971. Posteriormente, en 1974, en el mes de febrero, y en la TV en abril. En 1975 hicimos una gira en la cual lo más importante fue el Konsert Huset de Estocolmo. Hemos estado en Suecia en varias otras oportunidades, la más reciente fue en febrero de 2008 en el Konsert & Kongress de Uppsala.
¿Cómo surgió la idea de hacer un tema con Pablo Chill-E? No son los únicos que han “estado en una burbuja”, personalmente tampoco sabía de este joven artista chileno, y me encantó el tema que hicieron con él. Aunque reconozco que antes no tenía idea de qué era el “trap”. La letra es genial, ¿quién es el autor?
- El autor es Eduardo Carrasco y él explica como surgió la idea: «Siempre que yo le mostraba a mi hijo las nuevas canciones que hacíamos con el Quilapayún él tenía la misma reacción. Me decía: “Está bien. ¿Pero por qué no hacen un trapp?” Yo no sabía lo que era un trapp, así que me puse a averiguarlo. Escuché las canciones de El Residente y después las de Bad Bunny. Me interesó el género y me puse a hacer un texto tomando como modelo una canción de Bud Bunny. De ahí salió El Aburrido. Se la mandé a Fernando Julio, de los Intis, con quién he estado trabajando últimamente y él hizo la base musical utilizando el Canto de la Cuculí como tema. Como nosotros no éramos especialistas en el género se nos ocurrió buscar a los chilenos que se hubieran destacado en este tipo de música y así llegamos a Pablo. A través de nuestro agente le propusimos hacer algo juntos y de inmediato recibimos una respuesta positiva. Nos pusimos manos a la obra y de ahí salió rápidamente la canción tal como se ha difundido. En poco tiempo hemos llegado al millón de reproducciones en varias plataformas de Internet.
Uds. fueron representantes de lo que se llamó la nueva canción, la música comprometida, de los tiempos de la Unidad Popular y de Salvador Allende, quien los nombró embajadores de la cultura chilena. Hoy se critica todo lo que pueda contribuir a “la polarización de la sociedad”. Teniendo en cuenta esto, ¿se puede aún hacer “música política”?
- Allende sigue siendo un ejemplo de hombre de estado honesto y visionario a pesar del fracaso de la UP debido precisamente a la desunión, y como tú bien dices, a la polarización. Nuestro repertorio es amplio, hacemos también canciones políticas, que preferimos llamar de contenido. La experiencia nos ha enseñado a abordarlas dando más importancia a lo estético, cosa que no hicimos en la contingencia del período de la UP.
¿Siguen inspirándose en las luchas del pueblo o en qué temas se inspiran en la actualidad?
- No siempre, aunque es verdad que el estallido social y popular que motivó el proceso por una nueva Constitución ocupa el tema “El Aburrido” con Pablo Chill-E. La democracia chilena se encontraba dormida y el pueblo le dio un gran tirón de orejas al sistema, a la representatividad política toda, puesto que no se tomaban en serio las reivindicaciones y la insatisfacción de nuestros conciudadanos.
- Nuestra canción por una Nueva Constitución se inspira obviamente también en la actualidad social. A propósito, hay que destacar la composición musical de Fernando Julio y la participación fundamental del cantante Christian Mancilla cuya voz, guitarra y piano sirven de base a la grabación de la canción, permitiéndonos agregar nuestras voces. La letra es también de Eduardo Carrasco.
A propósito de la nueva versión de la emblemática Cantata de Santa María de Iquique, ¿se plantearon alguna vez la posibilidad de integrar voces femeninas?
- No, no hay planes de integrar voces femeninas.
- En los tiempos de la UP formamos un taller con cinco grupos de jóvenes músicos, uno de los cuales era femenino. Esos grupos tuvieron mucha aceptación de parte del público chileno. Lamentablemente esa experiencia se terminó con el golpe militar. La actual experiencia con voces femeninas es muy diferente, invitamos a un grupo de excelentes intérpretes de la música popular chilena actual y con ellas montamos la Cantata repartiéndonos los roles y tratando de equilibrar las participaciones de la manera más perfecta posible. Creemos que la iniciativa fue un gran éxito, tanto desde el punto de vista de los que participamos en esto, como desde el punto de vista del público. Se transformó en uno de los grandes éxitos de streaming del año en Chile. A propósito, si bien Advis la escribió especialmente para el Quilapayún, la Cantata ha adquirido vida propia, al ser adaptada por otros grupos musicales, por coros y grupos de teatro en diversos países de Europa y América. En Chile existen versiones femeninas recientes, como la del Ensamble Orquestal Femenino de la U de La Serena y una hermosa versión a capella escrita por Carlos Zamora para el grupo Femme Vocal.
Concierto en sala Barts de Barcelona. Foto: Quilapayún.