Alejandro Leiva Wenger: “Me gusta salir de lo habitual”

En el Dramaten se está presentando con mucho éxito la obra de teatro “Pappas födelsedag” (El cumpleaños de papá), del escritor sueco-chileno Alejandro Leiva Wenger.

La obra fue además muy bien recibida por la crítica, obteniendo calificaciones como, por ejemplo, “una obra maravillosa”, y «un futuro clásico”.

Magazín Latino obtuvo una entrevista con el joven y talentoso escritor y dramaturgo. Esto fue lo que nos respondió.

Por: Marisol Aliaga

Desde hace tiempo vengo topándome con su nombre, sabía que sus padres son chilenos y eso aumentaba más aún mi curiosidad. Ahora, gracias a que su obra se estrenó hace poco en el prestigioso Dramaten, y a la amable gestión de la encargada de prensa del Teatro real Sueco, me pongo por fin en contacto con Alejandro Leiva Wenger. 

Sus respuestas a mis preguntas me llaman la atención, me doy cuenta de que yo, que pertenezco a la primera generación de chilenos llegados a Suecia, tengo mucho que aprender de esa generación que, a pesar de estar tan ligados al mismo país, viven una realidad tan distinta a la nuestra. Y que pese a ello, nos entienden y se ríen, con cariño, de nuestras luchas – o nuestras locuras – porque al final son lo mismo. 

En otra entrevista le preguntaré más sobre su trayectoria literaria. Porque, a pesar de que Alejandro es un reconocido escritor sueco, no es muy conocido dentro de nuestra comunidad, creo. 

Nacido en 1976, vivió en Chile hasta los nueve años. Llegó a Suecia con su madre y sus dos hermanos, en 1985. Creció en la comuna de Vårberg, en Estocolmo. Su hermano Felipe es parte del dúo de rap “Ison & Fille”, y su hermano menor, Pablo, es actor. 

Alejandro comenzó a interesarse por la literatura desde muy joven, y a los 25 años publicó un libro de relatos titulado “Till vår ära” (2001) [«A nuestra honra», tal vez sería la traducción al castellano]. Más tarde ingresó a la universidad y en 2019 obtuvo un doctorado en sociología. 

Desde el 2011, diez años después de su debut literario, comenzó a escribir obras teatrales. En ellas, hace uso de su gran talento para abordar una realidad en la que nos sentimos identificados, con nuestros defectos y nuestras bondades, nuestros traumas y nuestra resiliencia. Sin duda que las obras de Alejandro no solo nos entretienen, también nos llaman a la reflexión y al diálogo. El teatro en su mejor expresión. 

 

¿Cómo ha sido la respuesta del público, frente a “El cumpleaños de papá”, y qué te ha parecido la crítica?

 –  Estoy contento tanto con la recepción del público como de la crítica. Nunca se sabe qué va a pensar la gente sobre lo que uno escribe, y no es ni posible ni deseable tratar de adivinarlo. Lo único que puedo hacer es escribir a mi manera. Que la obra ahora haya sido bien recibida me alegra por todos los que han trabajado con ella, que son muchos…y sobre todo por los actores que siguen trabajando función tras función y en contacto con el público.

 En el estreno de la obra me fijé que a un público bastante diverso le parecía muy divertido lo que ocurría en el escenario. La verdad, veía que la gente no paraba de reír (tampoco yo). ¿Cómo se logra eso, y por qué crees tú que pasa?

    –  Sí, bueno, será porque todos tienen una familia, todos tienen secretitos, todos conocen a alguien que se parezca a uno de los personajes, o podrá identificarse con alguno de ellos, o con las peleas que tienen… Creo que la obra habla de temas más bien universales, cómo eso de aparentar ser algo que uno no es, o hacerse ilusiones que chocan con la realidad. Creo que todos podemos relacionarnos con eso, independientemente de edad, nacionalidad, etc.

 A propósito de nacionalidad, disculpa que te pregunte esto, tal vez te suene raro, pero cómo prefieres que te digan: escritor y dramaturgo chileno-sueco, o solo chileno, o solo sueco. 

–  A ver, vivo en Suecia, escribo en sueco, para teatros en Suecia y en diálogo con la realidad de Suecia. Pero tengo lazos con Chile, el haber nacido allá, de padres chilenos, haber ido al colegio, la experiencia de haber dejado un país por otro, un idioma por otro, todo eso también me influye … ¿Entonces sueco-chileno o chileno-sueco? 

Entiendo. ¿Es un tema para ti la identidad? 

–  Creo que la identidad personal no es algo fijo sino algo contextual, negociable, cambiable. A veces bien superficial y volátil. Más me interesa saber cómo y por qué las circunstancias nos llevan a “ser” o a presentarnos de ciertas formas. En general las identidades que se nos ofrecen son estrechas, nunca cabemos, siempre somos más. En cierta forma las identidades son como máscaras que usamos por obligación o por voluntad propia. Los personajes de mis obras luchan y juegan con sus máscaras, las inventan, las usan, las pierden o se aferran a ellas. A veces se hacen pasar por otros, son confundidos con otros, o se van convirtiendo en otros, se revelan o son revelados, se descubren. Lo que me interesa es eso, el misterio de las máscaras, lo existencial del ser humano.

Un tema sin duda, fascinante. ¿Desde cuándo que escribes obras de teatro? La crítica habla de comedias negras… 

–  La primera obra teatral la escribí el año 2011. Mi hermano Pablo necesitaba presentar un monólogo durante sus estudios para ser actor. La obra la dirigió él mismo, se llama “127” y giró por unas cuantas escenas suecas. Desde entonces he escrito varias obras para teatros como Kulturhuset/Stadsteatern, Malmö Stadsteater, Riksteatern, Folkteatern en Göteborg, Dramaten. Varias han sido categorizadas por la crítica como comedias negras. 

¿Cómo se define este género, que tanto mencionan los críticos?

–  En realidad, no pienso en el género mientras escribo, más bien voy descubriendo la trama al escribir. No sé cómo definirlo, simplemente hay obras en donde lo absurdo y lo doloroso están entrelazados. Por ejemplo, hace unos años escribí una obra llamada “Minnesstund”. Se trata de una madre que acaba de perder a su hijo adulto en un accidente. Al organizar un servicio memorial, la madre equivocadamente invita a un supuesto amigo de la infancia de su hijo. Este no se acuerda del difunto, pero la madre insiste de manera tan convincente que el invitado comienza a dudar de su memoria, se ve obligado a asistir y hacer el papel de “mejor amigo”. Y entonces, empieza a inventar recuerdos. De eso surgen situaciones que mezclan lo triste y lo absurdo. 

¿Cómo surgió la idea del “Cumpleaños de papá”? 

–  Esta obra surgió de varias ideas que se fueron sumando y uniendo a lo largo de bastante tiempo. La empecé a escribir en 2018. Se iba a estrenar en octubre del 2020 en Kulturhuset/Stadsteatern, pero no se pudo, debido a la pandemia. Ahora surgieron las condiciones favorables y, con tres años de retraso, el papá pudo celebrar su cumpleaños, esta vez en Dramaten y justo para la conmemoración de los 50 años del golpe. 

Se cumple mi teoría de que las cosas siempre pasan por algo, nunca en vano…pero ahora dime, ¿por qué el papá y no la mamá? ¿Te sientes más apegado a uno de ellos? 

–  Desde el comienzo pensé en un papá. Tal vez porque me parecía lo menos esperado, y me gusta salir de lo habitual. En la mayoría de los casos, los que se quedan con la responsabilidad de criar a los hijos son las madres. Yo mismo crecí con mi mamá. Pero en esta obra quería evadir lo común, lo normal y lo representativo. El papá además es bastante especial (al igual que los otros personajes), por ejemplo, le tiene alergia a las ondas electromagnéticas. En general me gustan los personajes excéntricos.

Jajaja, eso fue muy divertido, (que me perdonen los electrosensibles). ¿Cómo nacieron los personajes, te inspiraste en personas reales?

–  Los personajes van naciendo de a poco. Los pienso y repienso, hasta que empiezan como a tener vida propia y ya no los puedo seguir inventando, casi se van inventando ellos mismos. Todos los personajes tienen algo de mí, tanto de gente que he conocido o he soñado o he leído o he visto en la tele. Son mezclas de mucho. Lo importante para mí es que sean individuos – o sea, particulares, sorprendentes, con faltas y errores, hasta podría decir que son un poco extraños. Lo típico, lo ideal, lo genérico o representativo – pocos se identifican con eso. Será porque en realidad todos somos raros.

Muy cierto. En realidad, uno se pregunta qué es lo “normal”. Ahora, me pregunto cuánto has podido influir tú en la obra y cómo fue trabajar con la directora, Frida Röhl

–  Conocí a Frida hace más de diez años, ella recién había empezado a dirigir tras años como actriz. Y yo recién había empezado a escribir para el teatro. Hemos trabajado juntos en varias obras, a estas alturas nos conocemos bien, hablamos y discutimos durante todo el proceso. Ella opina sobre el texto y yo sobre la dirección, pero nuestros roles están bien definidos, yo escribo y ella dirige, yo no me meto a dirigir. El reparto al final lo hace ella y la dramaturgia. 

Y me imagino que debe ser un poco especial trabajar con el hermano…

–  Sí. Tengo la suerte de tener un hermano que también es un actor super bueno (¡no solo lo digo yo!). Y por suerte quiere trabajar en algo que yo he escrito, porque eso no se puede dar por sentado. Normalmente él trabaja en Kulturhuset/Stadsteatern y en obras de otros autores. No fue obvio que Pablo pudiera tener un rol en “Pappas födelsedag”.

¿Como fue que un español (digo, por el seseo) pudo encarnar tan bien a un chileno? Me encantó el papá, me reí mucho con su entusiasmo, y me sentí identificada en tantas cosas…

–  Me alegra, y coincido contigo, César Sarachu es un actor de primera, completamente genial, dedicado, versátil, y con tanta experiencia. Lo admiro mucho. ¡Hay que verlo! 

–  Yo no tuve la intención ni sabría cómo escribir un personaje “chileno” ya que hay chilenos de todos tipos, lo interesante es justamente este papá, este ser humano con sus características. Además, lo que me gusta del teatro es que no está amarrado al realismo, así como, en general, lo está el cine. En el teatro una mujer puede hacer el papel de un hombre, un adulto de un niño, un sofá puede ser un avión, por eso el público juega un papel tan importante, se trata de querer entrar en ese acuerdo.

En efecto, es como dejarse llevar, ser cómplice de un juego. Eso me encanta del teatro. Como también, en tu obra, el hecho de que tanto jóvenes como viejos se sientan identificados y gocen de lo lindo  

–  Ojalá sea así. Mi impresión, después de unas cuantas funciones, es que la obra apela a un público mixto, tanto a los que nunca van al teatro como a los asiduos a este – a adultos, adolescentes, chilenos, suecos, sueco-chilenos, hombres, mujeres, también a gente de otras partes del mundo. 

¿Cuál es el mensaje de la obra o qué te gustaría que le quedara al espectador?

–  No tengo mensaje, pero sí me gustaría que el público salga del teatro con ganas de conversar, de hablar de lo que han visto – o mejor aún, ¡con ganas de hablar de sus vidas! 

 

Dramatens "Pappas födelsedag". Foto: Sören Vilks.
«Pappas födelsedag», de Alejandro Leiva Wenger
Dramaten 2023
Dirección: Frida Röhl
Escenografía y vestuario: Charlotta Nylund