Te escuchamos, Greta

¿Está realmente conectado mi micrófono? ¿Me pueden escuchar? ¿Mi inglés es lo suficientemente bueno? se preguntaba Greta Thunberg el año pasado, en una alocución en el Parlamento británico.

 El Teatro real sueco, Dramaten, se hizo eco de sus palabras, que fueron interpretadas por un variopinto elenco en la Gran Sala del teatro, el viernes pasado, en la performance We hear you – Greta Thunbergs tal. 

Por: Marisol Aliaga

Fue una efímera puesta en escena. Una performance de 45 minutos la tarde del viernes recién pasado, la única.

La Gran Sala del Dramaten, que nuevamente abrió sus puertas al público luego de meses de renovación, estaba repleta de un público más variado que lo habitual. Esta vez con varios niños y adolescentes.

Una niña que viste como Greta, tan menuda como ella y con la misma mirada, seria y concentrada hace su aparición en el escenario. Los potentes focos resaltan su silueta en la oscuridad del tablado. Está completamente sola.

“Me llamo Greta Thunberg. Tengo 16 años. Vengo de Suecia. Quiero que sientan pánico porque nuestra casa está en llamas”.

Desde los parlantes se escuchan voces – actores, actrices y niños – que repiten lo dicho por Greta en tantas ocasiones luego de que, hace un año y medio atrás, se plantara frente al Riksdagen, en su huelga escolar por el clima. 

“Muchos no quieren oírnos porque dicen que somos solamente niños. Pero nosotros solo repetimos lo que dicen los expertos. No nos escuchen a nosotros, escuchen a los científicos. Les aseguramos que regresaremos a la escuela apenas Uds. comiencen a escuchar a la ciencia y a darnos un futuro”.

“¿Es realmente pedir demasiado?” 

Greta quiere que nos de pánico. Que entendamos que los cambios climáticos nos conciernen a todos y que todos podemos contribuir a frenar las emisiones que están dañando de manera irreversible al planeta. 

En el Dramaten este viernes, sus palabras cobran fuerza, su crítica a los adultos que les han dado falsas esperanzas. Y a quienes solo piensan en ganancias.

“Porque ese futuro fue vendido para que un pequeño número de personas pudieran ganar cantidades inimaginables de dinero. Nos ha sido robado cada vez que Uds. Dijeron que el cielo era el límite y que solo se vive una vez”. 

Palabras que reflejan también su frustración frente a políticos que primero la ignoraron y después se quisieron sacar selfies con ella. Y que siguen viajando en avión y consumiendo hamburguesas al salir de las cumbres climáticas. 

A veces incluso, no está segura de la están escuchando.  

“¿Está realmente conectado mi micrófono?” 

 

“¿Me pueden escuchar?” 

 

“¿Mi inglés es lo suficientemente bueno?”

Poco a poco el escenario comienza a llenarse de otras personas, una mujer de la mano de un niño, una persona de edad apoyada en su bastón, unos jóvenes de la edad de Greta. Todos van tomando lugar en tanto que el acompañamiento musical que apenas habíamos percibido al comienzo se hace cada vez más vigoroso. 

Nos damos cuenta de que el escenario es circular y comienza a girar a medida que llegan más personas. Hombres, mujeres y niños se unen a los otros en tanto que un tictac de reloj nos recuerda el tiempo que transcurre, implacable. 

Este viernes, quienes estábamos en Dramaten escuchamos claramente su mensaje, entendimos que es ahora o nunca. Que cada uno de nosotros puede hacer diferencia y que es urgente hacerlo ahora. 

Entiendo que el escenario es la Tierra. El tictac es el tiempo que se nos acaba y que los protagonistas de esta performance no son solo quienes están en el escenario sino también todos nosotros. 

Por eso que el elenco, esta vez, no esperó los aplausos.