La Academia Sueca decidió otorgar el Premio Nobel de Literatura 2023 al escritor y dramaturgo noruego de 64 años Jon Fosse, «por sus obras y prosas innovadoras que dan voz a lo indecible».

–       Me he acostumbrado a no recibir el premio, así es que ahora me pillaron de sorpresa, dijo el flamante laureado a la televisión sueca. 

Por: Marisol Aliaga

Todos los años se repite el mismo ritual. 

En la Sala de la Bolsa, alojado en el Museo Nobel, en la Ciudad Vieja, exactamente a la una de la tarde del primer jueves de octubre, se abren las antiguas puertas blancas con ribetes dorados. Entonces ingresa a la sala el secretario permanente de la Academia Sueca e informa a la prensa allí reunida el nombre del laureado, o la laureada con el Premio Nobel de Literatura.

Este año el circunspecto Mats Malm leyó el comunicado de prensa con su sobriedad acostumbrada. Apenas una sonrisa se esbozó en sus labios y fue incluso más breve que lo habitual:

El Premio Nobel de Literatura 2023 se concede al escritor noruego Jon Fosse, «por sus obras y prosas innovadoras que dan voz a lo indecible”.

Y en la sala no hubo reacción plausible. Todos los periodistas se apresuraron a enviar la noticia a sus agencias, en tanto que Malm se retiraba, y en su lugar el presidente del Comité Nobel de la Academia Sueca, Anders Olsson, se disponía a responder las preguntas de los medios. 

Se siente lejano el tiempo en que el anuncio iba seguido de un: “¡Por fin!” Gritado efusivamente por un farandulero personaje. Hizo su “gracia” varias veces, hasta que al fin le prohibieron la entrada, pero engañó a todos y pudo gritar su último “¡Por fin!” hace ya años atrás. En esos tiempos los periodistas nos apretujábamos alrededor del podio donde se paraba el/la secretario/a permanente y regía la ley de la selva: los más altos lograban los mejores lugares. 

Pero desde hace años atrás esto cambió. Ahora la prensa y los invitados especiales (antes podía entrar quien así lo quisiera) toman asiento en las bancas frente al podio y todo se lleva a cabo de forma muy ordenada. Además, por motivos de seguridad, ahora solo la prensa autorizada tiene ingreso a la sala. 

Pero volviendo al flamante autor noruego, favorito de las quinielas y que ya había perdido la esperanza de hacerse con un Nobel, Jon Fosse. La Academia escribe en su página web:

“Su inmensa obra, escrita en noruego nynorsk [uno de los dos estándares oficiales del noruego escrito] y que abarca una variedad de géneros, consiste en una gran cantidad de obras de teatro, novelas, colecciones de poesía, ensayos, libros infantiles y traducciones. Aunque hoy en día es uno de los dramaturgos más representados del mundo, también ha sido cada vez más reconocido por su prosa.”

Aunque, la verdad sea dicha, más del 90 por ciento respondieron “No” a la pregunta en el sitio web del Nobel de si habían leído al autor. Conocido, pero no leído, en otras palabras. 

Sin duda que esto cambiará a partir de hoy. 

Y con razón, Jon Fosse es un autor que despierta la curiosidad lectora. 

Por su parte él se lo toma de una forma muy peculiar. Así responde a la televisión sueca cuando esta se encuentra con él en las afueras de Bergen, camino a su casa de campo: 

–       Realmente no estaba muy feliz, en lo más profundo de mi ser. De hecho, me sorprendió. No pensé que sería yo, a pesar de que estaba bastante arriba en diversas quinielas. Pero lo he estado durante años.

También expresa alegría y sorpresa por el hecho de que un escritor noruego reciba el premio. Esto no ocurría desde 1928, cuando Sigrid Undset recibió el premio.

–       Es demasiado loco, estaba a punto de decir. Hubo muchos buenos escritores noruegos durante este periodo, a los cuales no les fue concedido. 

 El premio es resultado de una vida profesional de 40 años, pero aún no ha llegado al final, asegura.

–       Escribir es un lugar donde encuentro paz. Es un mundo propio en el que entras. Escribo desde una especie de lugar secreto dentro de mí. Probablemente será agradable volver a ese lugar después de todas las entrevistas.