lDespués de 10 años, el largo brazo de la ley se dejó caer sobre el Paolo Macchiarini, quien de cirujano estrella pasó del escándalo médico más grande de los últimos años en Suecia, cuando sus experimentos con seres humanos fracasaron estrepitosamente. Siete de los ocho pacientes a quienes se les trasplantaron tráqueas sintéticas fallecieron en medio de grandes sufrimientos, y el único que sobrevive es porque se le removió el implante.
En la corte de Solna se desarrolla el juicio en contra del controvertido cirujano, quien se defiende afirmando que “las responsabilidades son compartidas”.
Por: Marisol Aliaga
Con su voz aterciopelada, su encanto, buena presencia y carisma, Paolo Macchiarini engañó a los profesores del Instituto Karolinska de Solna - los mismos científicos que año tras año designan el Premio Nobel de Medicina. Los convenció de que una tráquea de plástico preparada en un cultivo con células madre podría mimetizarse con la tráquea de los pacientes y convivir con esta. Materia inorgánica, pasaría de pronto a ser orgánica. Y el sueño de la Ciencia, de almacenar un depósito de órganos humanos sería realidad.
Les vendió un sueño.
No obstante, cuando algo suena demasiado bueno para ser cierto, en el 99,9 % de los casos no lo es. Y, la imagen del super cirujano Paolo Macchiarini, futuro aspirante a un Nobel de Medicina y gran benefactor de la Humanidad se desvaneció de pronto. De los ocho pacientes a quienes se les implantaron las tráqueas artificiales, siete fallecieron. Al paciente que aún sobrevive, los médicos lograron removerle el órgano sintético.
Pero si los doctores del prestigioso Instituto Karolinska cayeron deslumbrados ante el carismático cirujano – lo mismo que la periodista investigativa, Benita Alexander, a quien le prometió la boda del siglo, oficiada por el Papa Francisco - los fiscales que llevan por estos días la causa, en el tribunal de Solna, son tanto más sagaces. Y examinan con lupa todas las declaraciones del cirujano imputado.
Es fascinante presenciar como Paolo Macchiarini, con su voz suave, baja y aterciopelada, relata en la corte hechos sucedidos en el quirófano, que después resultan ser solamente una fantasía o un producto de su imaginación, a juzgar por otros testigos.
Como en el caso de una de las víctimas, una joven turca que, por un grave problema respiratorio fue trasladada desde Estambul al Hospital universitario del Karolinska, en Solna. La joven se encontraba en estado grave, debido a una negligencia médica ocurrida durante una intervención quirúrgica en su país natal. A diferencia de lo sostenido por PM no estaba en peligro de riesgo vital.
El viernes pasado, en el sexto día de las audiencias en el tribunal de primera instancia de Solna, Paolo Macchiarini dio su versión sobre la intervención quirúrgica a la que fue sometida Yesim Cetir, de 21 años, en el Hospital universitario Karolinska de Solna.
Explicó que la cirugía que se le practicó, para evaluar el estado de los bronquios y los pulmones, había sido muy dramática. Que la paciente comenzó a sangrar profusamente cuando se le abrió el pecho, y que comenzó una fuga de aire en un pulmón.
Aseguró que en fracciones de segundo tuvo que tomar una decisión, y decidió hacer una neumonectomía (extirpar el pulmón), porque estaba destruido.
Y que, al hacerlo, se dio cuenta de algo muy extraño:
¡Yo no le pude extirpar la tráquea porque no tenía! Quité el pulmón y me di cuenta, y quiero señalar, ¡Yesim no tenía tráquea!, había sido reemplazada por los malditos stents que tienen diferentes dimensiones, que presionan contra y las paredes traqueales y las destruyen. Ella no tenía tráquea. Disculpen si me pongo sensible al decir esto, ¡pero esta es la verdad!.
Agregó que la paciente entonces sufrió un paro cardíaco, y que él mismo le hizo masaje, para no perderla. Lo hizo durante veinte minutos y siguió haciéndolo, incluso cuando el médico anestesista lo instó a desistir de ello. “Déjala, ya no tiene sentido”, le había dicho éste.
Pero él siguió, y siguió y, de esa forma, logró salvar la vida de Yesim.
La joven estudiante de Pedagogía, Yesim Cetir, falleció en marzo de 2017, en un hospital de USA, donde había sido trasladada. Vivió 4,5 años en cuidados intensivos, después del trasplante practicado por Macchiarini y su equipo, en el Hospital universitario Karolinska de Solna.
Este martes, el día número 7 del juicio oral, prestó testimonio la doctora en jefe Ann-Charlotte Orre, quien había documentado la operación, en agosto de 2012.
El fiscal le pidió que relatara algo de lo sucedido en esta, en la que participaron varios cirujanos.
Ante la pregunta de si Yesim no tenía tráquea, respondió:
- ¿Cómo? Bueno tenía la tráquea muy dañada, estaba,… como podría decirlo, estaba abierta, no era un tubo.
Fiscal: Ella estaba en riesgo vital, vale decir, ¿le quedaba poco tiempo de vida?
- Bueno, tenía mucha tos y secreciones. No tenía una buena calidad de vida. Pero en peligro de morir, no.
¿Cómo fue su operación?
- Muy dramática, ella sangró mucho.
¿Puede describirnos cuando el Dr. Macchiarini le hizo el masaje al corazón?
- ¿Cómo? Que extraña pregunta. Eso no sucedió.
¿No sucedió?
- No. Yo no tengo ningún recuerdo de algo así. de haberlo visto, lo habría escrito en el informe, obviamente.
En este juicio – que el fiscal levantó con un cambio en la tipificación del delito, vale decir, se trata de “maltrato agrabado” y no de homicidio – el fiscal acusa a Paolo Macchiarini de hacer experimentos con seres humanos.
Paolo Macchiarini se defiende argumentando que se trata de “responsabilidad compartida”.
- Yo no habría podido ni siquiera entrar al Instituto Karolinska sin la autorización de la dirección, ha dicho.
Fue contratado por el Instituto en 2010 y más tarde fue nombrado jefe de sección de Otorrinonolarinlogogía del Hospital universitario del Karolinska.
Como motivo de los trasplantes con tráqueas de plástico, Macchiarini aseguró que los pacientes estaban “en peligro inminente de muerte”. Que la trasplantación era su “última chance”.
Sin embargo, según los diarios de vida de los pacientes, no existía una amenaza inminente para la vida de ninguno de los tres pacientes trasplantados, antes de las operaciones. El paciente nr. 1 y el paciente nr. 2 padecían de cáncer a la tráquea, y el pronóstico de vida era inseguro, pero no definitivo.
El cirujano italiano Paolo Macchiarini con el primer paciente que fue operado en el Hospital Universitario del Karolinska, en Huddinge, Andemarian Beyene, quien residía en Islandia.
Gráfico de la técnica que Paolo Macchiarini presentó, para el trasplante de tráquea. Imagen: Jonas Askergren.